
Desde 2016, Elon Musk ha prometido la llegada de los robotaxis de Tesla, una idea que en su momento parecía un fantasía futurista. Sin embargo, el 12 de junio, Tesla está programada para mostrar su primer piloto real de robotaxi en Austin, marcando un posible punto de inflexión en su ambición de lograr la conducción autónoma total.
Es importante señalar que la presentación no será la flota de vehículos completamente autónomos que muchos imaginan. En su lugar, se espera que el lanzamiento inicial consista en alrededor de 10 modelos Tesla Y equipados con el software de conducción autónoma total (FSD), cada uno supervisado por operadores humanos que pueden intervenir si es necesario. Esto significa que el debut no será realmente autónomo, sino más bien una prueba controlada con implicaciones significativas para los inversores.
Musk ha apostado fuertemente en que la inteligencia artificial de Tesla puede superar a sus competidores. En 2022, afirmó que la capacidad de la empresa para resolver la conducción autónoma total podría determinar su valoración. Los inversores han especulado que la conducción autónoma liberaría billones en valor de mercado para Tesla, aunque compañías como Waymo ya están ofreciendo servicios totalmente autónomos en varias ciudades de EE. UU.
Esto plantea la pregunta de si Tesla está a la par con sus competidores. La situación se ha vuelto crítica y Musk deberá demostrar lo que su tecnología puede hacer. Aunque Tesla promete que su enfoque escalará más rápidamente, su flota actual todavía se clasifica en el Nivel 2 de asistencia al conductor, y la próxima flota en Austin requerirá supervisión constante.
La estrategia de Tesla es audaz, pero la dependencia de la supervisión humana podría debilitar su imagen de innovación. A pesar de esto, si su sistema puede funcionar en entornos reales con intervención mínima, podría cambiar el panorama de la industria de vehículos autónomos.
Waymo, por su parte, ya opera vehículos totalmente autónomos en ciudades como Phoenix y San Francisco, y planea expandirse a más áreas. En contraste, el sistema de Tesla aún requiere la supervisión constante de un conductor humano. Además, el historial de seguridad de Tesla ha sido cuestionado, con varias investigaciones federales sobre sus sistemas de piloto automático.
El lanzamiento en Austin podría ser más una maniobra de marketing que una verdadera demostración de autonomía. Con la competencia aumentando y las preocupaciones regulatorias, el sueño del robotaxi de Tesla se siente cada vez más como una necesidad de demostrar viabilidad en lugar de una simple innovación.
Los analistas siguen siendo cautelosos pero optimistas. Algunos creen que el éxito de la visión autónoma de Tesla es crucial para su valoración futura. Dan Ives de Wedbush, manteniendo una calificación positiva, anticipa que Tesla podría desplegar robotaxis en numerosas ciudades de EE. UU. en el próximo año.
Este lanzamiento es fundamental, ya que podría dar a Musk la evidencia que necesita para validar las promesas de Tesla. La pregunta del momento es si podrá no solo impresionar técnicamente, sino también demostrar viabilidad comercial en un entorno controlado. Esta semana, la industria estará atenta a los resultados.